domingo, 13 de febrero de 2011

Sucedió esa tarde. Fue una tarde gris, por supuesto, debido a la lluvia. Eso no le molestaba en lo absoluto porque las disfrutaba -y me refiero a las gotas-. Le gustaba verlas en movimiento. Su desplazamiento era tal que lograba darle un efecto a la lluvia, como si estuviese danzando.
Si, definitivamente le gustaba verla danzar.

El quedarse observándola hizo que se olvidara por un momento lo que iba a hacer. Se suponía que se encontraría con unos amigos para tomar algo, despejarse, y ver cómo estaban, debido a que desde que terminó el ciclo lectivo no los había visto ni una sola vez.

Ensimismado, y con los auriculares al máximo, Agus caminaba con lentitud (o tranquilidad para él). Saludó a un conocido que iba en la otra vereda, y no pudo evitar chocarse con alguien que al parecer se había detenido justo adelante de él (en realidad, debido a que Agustín continuó mirando en dirección al conocido no pudo esquivar a la persona). Le tomó unos segundos volver en sí dado a que estaba escuchando su melodía favorita, estaba en su punto cúlmine y de repente se cortó debido al choque. Se enfadó, y cuando estaba a punto de quejarse, vislumbró a una joven de cabello negro, un poco más baja que él, que aparentaba tener entre catorce y quince años, tirada en el piso. Estaba apenado por lo sucedido.

-¡Uy, perdón!. ¿Te lastimé? Lo lamento muchísimo, yo...-
-Si, pero está bien. No pasó nada...- Se incorporó, se alejó, trató de cruzar la calle pero de pronto pasó un auto, y éste no pudo evitar pasar por un bache (que a causa de la lluvia estaba repleto de agua) y salpicarla de pies a cabeza- ¡Pero la puta madre que te parió! Tenías que cagarme el día.-

El joven no tardó mucho en acercarse hasta ella, la sacó de la calle como pudo debido a que los autos no iban a pensarlo dos veces y la atropellarían, (y porque ella pensó que le estaban robando), y cuando llegaron a la vereda se tropezó y ambos cayeron. Él se incorporó rápidamente, le ayudó a levantarse. Pensó que, antes que nada, presentarse sería la mejor opción a recibir una patada voladora en su cuerpo.

-Perdón de nuevo, pero casi te atropellan. Soy Agustín, pero me gusta que me digan Agus. ¿Y vos cómo te llamás?-
-...Yo... Me llamo...Iris... Iris, si. Está bien....- Parecía desconcertada por algún motivo en particular, pero bueno, cómo esperás estar si casi te atropellan, y para colmo empapan de arriba a abajo.
-Está bien, vivo a dos cuadras de acá. Si querés podemos ir, te das un baño caliente, te secás, tomamos algo y después de recomponerte ves qué hacés. Quedate tranquila que no soy ningún loco pervertido ni nada de eso. Aparte está mi hermana, y puedo avisarle enseguida así va preparando algo...-
-Mmm... si está tu hermana... bueno, está bien. Pero si me siento incómoda, no te va a gustar.-

Se detuvieron un momento. Sus miradas se cruzaron. Hubo por un instante una pequeña mueca. Luego, su sonrisa. Maravillosa a pesar de ser la primera vez que la veía. Pero no era momento para pensar en todo, debía espabilar. Le golpeó dulcemente la frente, luego acarició su cabeza. La pequeña Iris se enfadó nuevamente y le dio una piña en el estómago que jamás olvidaría.

Seguramente, su futuro no sería lo mismo de ahora en más.








¿Continará? Muajajajaja (?)

2 comentarios:

Sasha Ela T. dijo...

Muy interesante relato. Especialmente por la idea de estar basado en hechos semi reales. Aunque digas que tu mente esta bloqueada pudiste cubrir bastante bien el problema.
"-Mmm... si está tu hermana... bueno, está bien. Pero si me siento incómoda, no te va a gustar.-" Excelente respuesta, para tal propuesta. Viniendo de Iris no es comun que responda de esa manera, pero siempre deseo hacerlo.
Hasta pronto.

Debb dijo...

muy bueno agus :)